Y llegaron todos los goles juntos. Mourinho festejó con todo y se descargó en cada gol. Los argentinos le siguen dando alegrías. El tercero llegó tras un centro de Higuaín, que Di María empujó con un terrible cabezazo. El cuarto fue con devolución de gentilezas, Fideo se la dio para que el Pipita la empujara solo, tras una buena jugada colectiva.